viernes, 15 de diciembre de 2023

Acampó entre nosotros.

 


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UNA TIENDA ENTRE NOSOTROS

Propuesta de Retiro personal y comunitario:

 

Una tienda de humanidad y eternidad. El Cielo y la tierra se unen en el misterio de la Encarnación.  (Jn 1,14)

Este material está preparado con una metodología de cinco tiempos, no se trata de trabajarlo aceleradamente en una lectura rápida. La idea es que lo leas con serenidad, subrayes, tomes nota o simplemente déjate llevar por algo que seguro captara tu atención profunda.

Para hacer el ejercicio busca un espacio adecuado que te ayude a entrar en tu mundo interior. Entra en contacto con la naturaleza, respira profundo y dile al Señor Jesús esta plegaria para iniciar: Señor vengo a estar contigo, quiero entrar en tu tienda.

 

 



 

Freddy Araujo SchP.




Primer tiempo una lectura para preparar el corazón.

TODA NUESTRA VIDA ES “ADVIENTO”:

Dios está viniendo.

Él viene en su Palabra, en su Espíritu que nos da la fe, en los sacramentos de la Iglesia, en las luchas y alegrías de la vida, en cada uno de nuestros hermanos, sobre todo en los más pobres y sufridos.

Hay que saber esperar a Dios. Hay que saber buscar a Dios. Hay que saber descubrir a Dios.

Y mira que hay muchos que se cansan de esperar, porque la vida se ha puesto muy dura y los poderosos siempre aplastan al pueblo.

Y hay muchos que no saben buscar a Dios día a día, en el trabajo, en casa, en la calle, en la lucha por los derechos de todos, en la oración, en la fiesta alegre de los hermanos unidos, e incluso más allá de la muerte.

Hay muchos que no saben descubrir al Dios que se esconde en el Niño de Belén, en la lucha de la vida y en los hermanos más pobres.

Adviento es un tiempo muy bueno para aprender a esperar a Dios, para aprender a buscar a Dios, para aprender a descubrir a Dios.

El maíz y el arroz están naciendo, hermosos.

Ha llegado el Adviento.

Luego llegará la Navidad.

Dios está llegando siempre. Abramos los ojos de la fe, abramos los brazos de la esperanza, abramos el corazón del amor.

(Pedro Casaldáliga)

 

Integración:

Subraya y saborea en tu corazón alguna frase o palabra del poema que más te llamo la atención.



 

 Segundo tiempo: lectura orante 

 

Busca en tu biblia en el apartado de nuevo testamento el cuarto evangelio: San Juan capítulo 1 puedes hacer la lectura orante del prólogo completo, pero necesito que te detengas en el versículo 14 


 Así que la Palabra se hizo hombre, acampó entre nosotros y hemos contemplado su gloria.

(Jn 1,14)

Comentario: «Habitó» está literalmente escrito como «puso su tienda entre nosotros», aludiendo a la tradición judía de las tiendas, la presencia real de Dios entre su pueblo. Jesús es el verdadero templo, desde el que tenemos la presencia de Dios. Al igual que Juan el Bautista somos testigos de esa luz que nos habita en nuestro interior al igual que María de Nazaret. Adviento es el pleno reconocimiento de que esa luz que se nos fue dada para comunicarla. La condición humana se convierte en el lugar de la presencia de aquel que existe desde siempre y que pertenece al ámbito de Dios. Pero ese Dios Creador asume nuestra fragilidad en su Hijo Jesús, nuestro Hermano Mayor.



Habitó entre nosotros, vino para quedarse, pero no de manera pasiva, su presencia es disruptiva, nos coloca en dinámica de salida. Toda existencia es un tapiz multicolor de maravillas que proceden del misterio de bondad infinita, pero quizás nuestros ojos se han quedado fijos en las adversidades y reveses de la vida. Este himno de San Juan tiene el poder de volver a sanar nuestras vidas y de dar sabor a nuestros días para transformar nuestro modo de ver el mundo. Necesitamos ver el mundo habitado por ese misterio. Es allí donde podemos contemplar su gloria de banda infinita.




Es inmenso este misterio, en la Encarnación, Dios ha tomado un cuerpo. Desde entonces, Dios sabe qué se siente experimentar el cansancio, el hambre, el dolor, ha recorrido caminos polvorientos, se ha quedado despierto orando mientras los demás dormían, ha sentido sed, la tristeza… Dios nos ha conocido por lo que el hombre ha conocido, desde la oscuridad del seno materno hasta las tinieblas de la tumba, desde el nacer hasta la agonía más extrema.


Con la Encarnación, el Hijo de Dios se unió en cierto modo a todo ser humano. Trabajó con manos humanas, pensó con inteligencia humana, actuó con voluntad humana, amó con corazón humano. Nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de nosotros, semejante a nosotros en todo, excepto en el pecado.(GAUDIUM ET SPES)




Para este momento de interioridad:

Subraya palabras o frases de los comentarios que captaron tu atención interior. 

¿Dónde notas la tienda de Jesús hoy en tu vida?

 ¿En qué realidades de tu historia personal has contemplado la gloria de Jesús el niño de Belén?

 

Tercer tiempo: iluminación 

 

Verbos del prólogo de Juan que iluminan el camino para seguir viviendo el adviento.

Invitados a Reconocer, Recibir, Aceptar y Contemplar.

 

Reconocer, aunque muchos no quieran notar la presencia de la Palabra de Dios en el mundo. Está realidad es una ventana que nos abre al misterio de Dios. 




También hay otras ventanas donde Dios se manifiesta…la familia, los vecinos, los hermanos de comunidad.  Reconocerle en quienes se comprometen a diario a aliviar el sufrimiento.


Recibir la presencia de Jesús en el mundo asumiendo nuestra naturaleza frágil. Elige la fragilidad de una mujer para convertir su vientre en una tienda de humanidad. Podemos hacer que nuestras familias crezcan en capacidad para recibir.



Contemplar toda la experiencia de adviento y navidad está marcada de símbolos y celebraciones. Contemplar es la actitud que nace del interior para dejarnos empapar de lo que el misterio nos quiere comunicar. Allí no hacemos preguntas, nos dejamos traspasar por la mirada del Verbo encarnado.   


 ¿Cómo lo vamos hacer?

 
En actitud de
 
espera atenta,
 
vigilante
 
   y cordial.


 

Para este momento de interioridad:

 

En la espera atenta se desarrolla la capacidad para escuchar con el corazón. A veces estamos llenos de palabras superficiales y queremos dar respuestas para todo sin hacer el acto de discernir.

En la actitud vigilante para captar el paso de Espíritu en los acontecimientos concretos del día a día. Su paso nos permite tomar decisiones que hagan notar que estamos en adviento: ¿vivimos como familia el sentido de la ascesis para hacernos más solidarios con los que sufren?

En actitud cordial, entender que podemos tratar a los demás con delicadeza y cariño. Relacionarnos con la familia de Nazaret desde el corazón. Abrirles las puertas porque están buscando una tienda en nuestros corazones. 



Aplicar estas palabras a mi realidad personal, familiar y comunitaria.

¿Qué debo reconocer, recibir, aceptar y contemplar en mi situación actual?

  ¿Cómo me dejo interpelar por los cuatro verbos: reconocer, recibir, aceptar y contemplar?

·       ¿Confío plenamente en el poder de la luz de Dios que ha venido a disipar mis propias tinieblas? Te invito a dejarte llenar de esa luz de sanación que nace en un pesebre.

 ¿Me considero cooperador de la verdad, para que esa luz se manifieste a través de mi vida?

¿Qué pasa en la vida de un cristiano cuando escucha esta voz de Dios?

 

 

Cuarto tiempo: oración del corazón 

Construye plegarias y respuestas a partir de lo meditado en este rato: Te ayudará a la oración profunda.

  Plegaria, Señor estoy a la intemperie y quiero que coloques tu tienda en mi vida.

   Respuesta: deseo entrar en tu vida y colocar una tienda en tu corazón, lo voy hacer, pero sin avisarte, quiero sorprenderte…

Certeza: estoy invitado a ser tienda para los demás, quiero llevar a Jesús a través de mi vida.




Integración

  Has una carta de adviento a la familia de Nazaret expresando tu deseo más profundo para este año que finaliza.  Toma nota de lo vivido y ponte en dinámica de vivir este tiempo guiados de la Sagrada Familia de Nazaret.  


 

Quinto tiempo: Testimonio de vida:

Paz interior generada por la voz de Dios en el Corazón 

 




Se oye el rumor de un acontecimiento lleno de eternidad...No temas gusanito de Jacob.

Transformare el desierto en valle...

Regresaba del liceo, caminaba despacio como con la mirada perdida contemplando el cielo, las montañas, la gran Cordillera Andina, escuchaba el sonido del rio. Tenía tareas pendientes y mucha preocupación por las materias de la escuela. Sentía que había defraudado a mi familia. Estudiar no era fácil para mí; el cambio a la secundaria fue fuerte. Me sentía perdido en aquel mundo de materias y profesores diferentes. Tenía dislexia y discalculia y no lo sabía. Mis números y palabras estaban como el universo antes de la creación, todo era caos y oscuridad (Génesis 1

Pasando el zanjón del señor Miguel, empecé a sentir escalofríos. Pude reconocer que una presencia muy tierna me estaba acompañando. Aceleraba el paso como queriendo correr; caía una llovizna que me empapaba. De pronto, pronuncian mi nombre como nunca antes lo había escuchado. Esa voz difícil de describir con palabras resonó muy profundo dentro de mí. Sentía que ese compañero de camino estaba colocando su mano sobre mi hombro.  

Unos segundos antes me habitaba la angustia y un fuerte vacío vital. Todo era oscuridad en mi mundo interior. Pero una sensación de orden empezó a surgir de todo ese cúmulo de sentimientos negativos. Me quede experimentando una alegría muy profunda, sentía que mi corazón estaba habitado de mucha consolación. Surgió un movimiento de alegría impresionante. Fue como recibir un abrazo de esos que resetean el alma.

 Y empecé a correr chapoteando charcos junto a ese compañero de camino que seguía allí pronunciando mi nombre. Una sensación de gloria corría por mis venas. Quería comunicar a todo el que me encontrara que me sentía vivo, alegre y con mucho ánimo de salir adelante.  Esa buena noticia me traspasaba el alma. Yo era como un cristal recibiendo la luz. Ese día me convertí en testigo de la luz. Empecé a aceptar con humildad que necesitaba buscar ayuda. Tenía ganas de superar cualquier desafío guiado por esa voz que internamente me iba transformando. Simplemente ahora en silencio hago memoria, soy capaz de contemplar ese momento de encuentro con Jesús de Nazaret, sigo con Él recorriendo esta misma tierra que es su tienda.

 


 












 




domingo, 3 de diciembre de 2023

10 ¡Siempre estamos en fiesta!












10

¡Siempre estamos en fiesta!



 "En la casa de mi Padre hay muchas moradas; 

si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar" (Jn 14 , 1) 

 

Se oye el rumor interno de una ciudad distinta llamada eternidad. Hoy el pueblo de La Quebrada amanece con una noticia que conmueve a todas las familias. Un hijo de esta tierra, ha iniciado su viaje al cielo, ¡hay una pausa en los trabajos!

 

Se enciende una vela en el altar de los santos.

Juntos rezamos el rosario a la Virgen del Carmen

en actitud de agradecimiento,

 pedimos por el descanso eterno de un hombre que

 ha pasado por está tierra tratando de vivir el Evangelio. 

¡Siempre pobre entre los pobres!

 ¡Orante entre otros orantes!

Trabajador del jornal,

de posada

 y de una humilde escuela en Esdovas para llevar

el sustento a sus padres ancianos.

Un párroco de barrio, sin lujos, viviendo entre la gente,

sin cuentas en los bancos, ni prestigios,

Simplemente no buscó aspiraciones

 egoístas, su única aspiración fue

 convertirse en el hermano de todos.

Quiso que la gente sencilla de Valle

Guanape, leyera el Evangelio en su propia vida.

Soy el Padre Chuy

pobre, pequeño y pecador.

 

El Maestro de Nazaret me concedió la gracia de recibir los ministerios, de Diaconado y Presbiterado después de un largo proceso de formación marcado por muchos intentos. Fue una confirmación como discípulo y misionero. Para mí el sacerdocio no fue la meta, ni escalar un rol superior. Para mí fue manifestar delante de la comunidad que Dios sigue llamando a un proyecto de amor que supera nuestras fuerzas. Me sentí desafiado por su amor en la cruz y le dije, aquí estoy. Llegar al Reino de los cielos me ha convertido en un embajador de la tierra en el cielo; muchos de mis familiares y amigos se han acercado a recibirme y me han preguntado por la gente buena de El Corozo; yo llevo mi maleta cargada de chimó, no se sí acá en el cielo lo preparan tan bien como en La Quebrada.

 

Lo bueno de acá es que no hay prisas por el tiempo, aunque yo en la tierra siempre llevé mi ritmo sin muchas preocupaciones. Veo a mis padres y amigos muy alegres en recibirme, al inicio me impresiono ver algo curioso que ojalá lo puedas captar en esta historia. Estoy en el cielo, aún no salgo del estupor y el asombro, hay mucha música, juegos y alegría por los encuentros de los que van llegando. Aquí nadie está triste, nadie sufre enfermedad, ni odios, en el abrazo todos nos hacemos una sola familia. Ahora soy consciente que desde muy pequeño mi mamá me enseñó a pedir en la oración del Padre nuestro este Reino que ahora estoy contemplando. En la entrada pensé encontrarme a San Pedro con sus llaves, pero a qué ustedes no saben quiénes estaban allí para recibirnos…

 

¡Es el paraíso!

 

 

Encuentro a mi hermano Chalo, sentado en la cama como en una actitud de reflexión. ¿Hermano qué tanto piensas? Es que anoche tuve un sueño con el Padre Chuy. Me decía algunas frases que estoy tratando de recordar: siempre estamos en fiesta, esta casa es muy grande; tiene muchos cuartos, yo acabo de llegar, hay un paisaje y un jardín maravilloso, ¡es el paraíso!

 

Freddy como muchas cosas en la vida para el padre Jesús fue una auténtica sorpresa este viaje a la eternidad. En el sueño que tuve me comentó que estaba preparando una plata para el siguiente mes visitar a su gente de La Quebrada. El mes pasado no pudo ir porque el dinero que tenia de las colectas de la parroquia lo había destinado para comprar medicinas para algunos enfermos que había estado visitando.

 

Eran los tiempos duros de la escasez de medicinas y alimentos en el país, murió mucha gente por no tener las pastillas para la tensión arterial. Muchos hospitales sin médicos, ni insumos, realmente una situación dura. Y como siempre los más pobres son los que sufren las malas gestiones de los políticos, que buscando sus intereses se olvidan del Santo Temor de Dios.

 

El padre Jesús me comenta con ilusión que quería recorrer a pie cada camino para ir sin apuro a visitar a las familias. Así en la conversación amena de los asuntos más sencillos de la gente del campo; compartir el chimó, el café, la Palabra de Dios y ¡quién quita! un relleno de arepa con queso del páramo de los que prepara Lola, la esposa del Loco Antonio. Fue un sueño muy interesante hermano.

 

Toda mi vida pasaba como una película frente a mí

 

Me despierto a las 11 de la noche con un dolor muy profundo en el abdomen. Recuerdo que fui ingresado al hospital para ser operado. Antes de la cirugía, mientras estaba consciente con el dolor. Toda mi vida pasaba como una película frente a mí; volví a trasladarme a esa tierra sagrada que me vio crecer entre alegrías sueños, anhelos, sufrimientos y esperanzas. En medio de una familia humilde y con muchos amigos aprendí la virtud de la caridad cristiana, expresada en el Evangelio. La transmisión de una fe, tan sencilla pero profunda, capaz de engendrar nueva vida.

 

Tuve la necesidad muy profunda de agradecer al Padre Creador por todo el bien que me ha hecho. En el silencio de aquel pasillo de hospital tan lleno de calamidades también pensé en los crucificados de nuestra historia, los pequeños, los enfermos y abandonados, aquellos que hoy se convierten en nuestros jueces. Por tantas personas que humildemente me llevan en lo profundo de su corazón. Por ellos los que confiaron en mí a pesar de mis dudas, fracasos, decepciones y caídas. En una actitud de donación seguí ofreciendo mi vida, sintiendo un fuego en mi interior. Ya estaba allí en ese altar donde está la humanidad sufriente que será redimida por el Maestro de Nazaret.  

 

Comprendí que la vida de cualquier cristiano es también una eucaristía viviente. Tu nacimiento es como el canto de entrada, una alabanza a la gloria de Dios por el milagro de la existencia. Todos somos convocados a un banquete que es la prefiguración de la gloria.

 

El saludo a la comunidad cristiana es cuando pronuncias las primeras palabras dirigidas a esos seres que misteriosamente por amor te llevan en sus brazos. El momento del perdón, es cuando empiezas a tomar conciencia de dos realidades que están en tensión en la humanidad; el bien y del mal.

 

En la misa de la vida te enseñan el arte maravilloso de la oración. Te comunicas con Dios a través de signos y silencios. Es allí donde aprendemos a descender al corazón en actitud de respeto. Surge entonces el don del temor de Dios. Con el silencio de la oración llega la certeza de que todo está habitado en la calidez del Padre Creador, crecí entre montañas, imaginaba como Dios con sus manos las fue formando como jugando con el barro. Nada existe por sí mismo, ni para sí mismo, sino que es imagen de otra presencia revelada en cada latido de la Creación. La oración está presente en todos los seres humanos como un impulso hacia la ciudad eterna. En ese Reino del amor siempre hay un Tú por invocar.

 

En este Banquete de fraternidad universal renovamos las promesas del Bautismo y recordamos el tesoro de la fe recibida a lo largo de los siglos por nuestros padres de la Iglesia. Cuando llega el momento de la mesa eucarística es como entrar en la eternidad. Es el día maravilloso de nuestra primera comunión, recibir el cuerpo y la sangre de aquel Hermano Mayor que ofreció su vida en memoria de la humanidad sufriente abatida por la fuerza del mal. Somos abrazados por Cristo resucitado y resucitante que venciendo las ataduras de la muerte nos lleva entrañablemente en su corazón. Comulgamos porque queremos llevarle en su corazón y convertirnos en eucaristía viviente para los demás en nuestra vida diaria. Su abrazo tiene un fuego que disipa los pecados y las tendencias del mal espíritu. Es un abrazo que genera un efecto sanador difícil de describir con palabras. Allí inicias la comunión con todos los Santos, con ellos, me siento embajador del cielo en la tierra. Es entonces cuando mi existencia cambia de nivel, ya no soy el adulto que estará luchando por vivir en aquel hospital. Soy aquel niño inocente que se disfrazaba de curita y celebraba la eucaristía con sus hermanas, allí sentíamos una alegría muy profunda, la alegría del cielo.

 

  Poesía del P. JESUS DEL C. BARRIOS V.

                                                                   LA VIDA

La vida es la vida, también puede ser muerte

si la llevamos mal dirigida destruyendo nuestra suerte.

 

La vida es un camino lleno de abismos y riveras

donde trazamos destino donde vivimos espera

La vida es un encanto de notas claras

o negras de paz o espanto según sean las pruebas

 

La vida que es plena se realiza en la tierra primeго,

después, según promesa será realizado en el cielo.

La poesía es el canto que un alma entona

Ilena los espíritus de encanto con sus liricas de aroma.

 

La poesía es la canción que ha hecho un hombre,

fruto de la imaginación cual sonido en hecatombe.

 


LA ALEGRIA

Alegría es siempre compartir

es darse por entero sin interes mezquinos, sin importar el sufrir.

 

Alegría es siempre querer servir

dando por nuestros hermanos nuestra vida hasta morir.

 

Alegría es sentir en el fondo del alma que todos somos hermanos.

Sabiendo que Dios nos ama dándonos siempre la mano

 

Alegría es pensar en lo bueno,

Lo sano es salir al encuentro del enemigo para perdonarlo.

Alegría es sentir que vivimos y que nuestro corazón palpita

es cantar, amar sonreír y tener lo que nunca tuvimos

 


 

¡Cuando les toque viajar al Reino de los Cielos me traen chimó…ya se me está terminado!

 

Freddy de Jesús ARAUJO A. SchP.

Roma 4 de diciembre 2023

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



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